Monteleike somos Jose y yo, la gente que nos conoce sabe que no hablamos mucho de nosotros pero para los que queráis conocernos, os contamos un poco de nosotros; somos veterinarios, nos conocimos estudiando en la Facultad de Veterinaria de Córdoba y llevamos juntos desde entonces.

 

            En Tercero de Carrera (año 98-99) en la asignatura de Cría y Mejora del Departamento de Genética, debíamos realizar un trabajo de mejora genética de una raza y como nos apasionan los perros decidimos hacerlo sobre una raza canina, debíamos elegir bien la raza a estudiar, y así fue como entramos en el mundo del Alano. Dados los escasos ejemplares existentes, decidimos realizar nuestro trabajo como un estudio enfocado a su conservación; y así fue como conocimos a ANCAE y como hicimos amistad con muchos de los alaneros de entonces que siguen siéndolo aún hoy día. Conocimos ejemplares míticos ya desaparecidos, y nos enamoramos de ejemplares como Taranto de los Cuadrejones, Pantera del Condado de Niebla, Vitorino de los Tarantos, Lanza de los Cuadrejones y otros tantos Alanos maravillosos, y fue entonces cuando decidimos involucrarnos en la Selección y Cría de esta mítica raza.

 

            Por aquellos años el alano no era ni mucho menos oficial, solo esporádicas apariciones en contadísimas exposiciones como las de Sevilla o Archidona daban la oportunidad de dar a conocer la raza al gran público, aunque en los círculos ganaderos y cinegéticos la raza estaba volviendo a recuperar su sitio tras décadas de olvido. Antes de adquirir nuestro primer Alano, ya llevábamos tiempo involucrados en la raza y asistimos a las diversas concentraciones que por aquel entonces se celebraron organizadas por ANCAE,  fue así como pudimos conocer en profundidad las diferentes líneas que existían en la raza y los ejemplares más influyentes del momento.

            En el año 2002, Javier Parra nos cedió a nuestra primera perra, Oda de los Tarantos, era nuestra ilusión tener un alano en casa y fuimos encantados a recogerla. Oda, en casa la llamabamos Ira, era una perra muy especial, principalmente por ser nuestra primera perra y por el carácter que tenia y que ha transmitido a su descendencia; su pedigrí constituía una buena base como comienzo de cría, siendo su madre una perra consanguínea en Taranto de los Cuadrejones el ejemplar más influyente de los años noventa y su padre Romo de los Cuadrejones, ejemplar consanguíneo en Carpintero, y del que Oda es uno de los pocos hijos que ha reproducido ampliamente, encontrándose actualmente la sangre de Romo casi en la totalidad de las genealogías a través de Oda.

 

            Para nosotros Monteleike también es nuestra casa, y tiene un significado muy especial, esta palabra surge de la unión de dos palabras, de los nombres de dos pueblos que para nosotros significan mucho: MONTE de Montefrío, pueblo granadino de donde procede la familia materna de Jose, donde tienen una hermosa finca y que disfrutan todos nuestros alanos con carreras y paseos por el olivar. LEIKE de Lekeitio en Vizcaya (cambiamos la I de sitio para que fuera más sonoro), el pueblo de donde procede parte de mi familia paterna, el pueblo de mi querido abuelo donde he veraneado toda mi vida y tengo familia y amigos. Para nosotros significa mucho porque le damos mucha importancia al arraigo familiar y tenemos mucho apego a nuestra tierra, nuestra familia también forma parte de Monteleike, en especial mi madre que es la “enfermera jefe” y siempre nos ayuda en las primeras semanas de vida de nuestros cachorros, ayudándonos a vigilarlos por la noche y con los biberones cuando alguna camada los necesita, y siempre está a disposición de los “bebés Monteleike” su amor incondicional; también es fundamental la ayuda de la madre de Jose, por el cuidado y atenciones de los alanos que están temporalmente en la finca  y  por supuesto por el servicio de guardería, ya que cuando tenemos que salir de viaje, los alanos que no vienen con nosotros se quedan en la finca con ella. Mención especial merecen tambien "Tita Melly" y "Koko", que son mucho más que amigos y que a dia de hoy son parte fundamental de Monteleike. También tenemos que dar las gracias a nuestros padres y hermanos que, aunque menos perreros, también ayudan y “sufren “ nuestra afición alanera.

 

 

            Ainhoa Chacartegui