EL ALANO ESPAÑOL

 

Apuntes históricos

 

La hipótesis más aceptada actualmente sobre el origen del Alano Español, es la que asegura que se remonta al siglo IV de nuestra era coincidiendo con la entrada en la Península Ibérica de tribus bárbaras, nos referimos a los Suevos, Vándalos y Alanos.

De todas las castas caninas, el Alano es la que más referencias históricas tiene, tanto en la literatura como en la pintura. La primera referencia escrita sobre la raza data del año 1347 en el "Libro de la Montería" , de Alfonso XI "El Justiciero" donde habla en un capitulo " del talle que han los Alanos he otrosi las Alanas et cuales son los mas lindos colores" , lo que hace pensar que mucho antes de que se escribiese dicho Tratado la raza estaba ya totalmente arraigada en la Península. Aparecen además referencias escritas sobre la raza en obras de Gonzalo de Berceo, Miguel de Cervantes, Fernández de Oviedo, Alonso Martínez del Espinar, Antonio Covarsí, Cossío, etc. Las referencias pictóricas sobre la raza se encuentran de manera abundante en la obra de Francisco de Goya, en litografías de motivos taurinos, y en obras de Manuel Castellanos. 

El Alano se ha empleado tradicionalmente en la caza mayor, para el agarre de las presas hasta la llegada del montero y su remate a cuchillo, y para el manejo del ganado vacuno tanto en las ganaderías como en los mataderos. Además los alanos protagonizaban una de las partes preferidas por el público en los espectáculos taurinos, la suerte de "Perros al toro", constituía por sí sola uno de los principales alicientes de la fiesta. Cossío en su "Tauromaquia" decía así : "nada suscita más vivamente la sospecha del origen venatorio del toreo que el uso hasta época bien reciente de alanos o perros de presa para sujetar y rendir a los toros".

Desde la antigüedad, queda constancia  de que no existía un tipo único fijado de Alano, sino que dependiendo de la función que relizaran sus proporciones eran diferentes. Los empleados para la caza mayor eran más ligeros y longilíneos, y con los hocicos más largos, mientras que los que se empleaban para el manejo de ganado eran más pesados y brevilíneos con los hocicos más chatos. Incluso en las mismas camadas salían unos más útiles para una u otra función. Todos estos ejemplares aún no poseyendo las mismas proporciones y no pudiendo englobarse en el actual significado de "raza", dada su uniformidad comportamental, siempre de carácter noble y dócil con las personas y los animales con los que convivía, y de valentía, coraje y firmeza sin igual en el agarre de vacas o jabalíes, les hacía ser considerados como una "raza" diferente del resto. 

En el año 1880 con la prohibición de la suerte de "Perros al toro", las plazas se deshicieron de los Alanos que mantenían para tal fin. Además los cambios en la modalidad de caza, que dieron paso a las monterías que hoy se realizan en las que no interesa que las reses caigan en la mancha agarradas por los perros de presa, sino que lleguen  a los puestos, hizo que las rehalas se deshicieran de sus Alanos. Finalmente, la obtención de razas de ganado vacuno mas dóciles así como la modernización del trabajo en las ganaderías y mataderos, hicieron que el trabajo de los perros de presa ya no fuera tan útil. El Alano perdió efectivos a pasos agigantados y se dio por extinguido, pero la realidad era otra.

 

La recuperación 

La raza estuvo olvidada y al borde de la extinción, pero por suerte se conservaron ejemplares en ganaderías antiguas muy concretas y poblaciones muy dispersas por la Península, siempre ligadas al medio ganadero.

En el año 1980 se inició la recuperación de la raza y se localizaron diversos ejemplares en zonas de Extremadura, Salamanca, Ávila y Zamora, y posteriormente el núcleo más importante que se localizó en "las Encartaciones"( zona que comprende parte de Cantabria, Castilla León y País Vasco). En esta ultima zona  la gente se siente muy arraigada a sus tradiciones y  todavía se utilizaban los perros para la captura de los ejemplares de raza Monchina (raza de vacuno autóctona de la zona) que pastan en régimen extensivo en los montes, en un proceso que ellos denominan "Pesca". Los Alanos esperaban en una zona dispuesta para el agarre mientras que las vacas llegaban careadas  por los perros villanos, desde la espesura del monte donde la orografía del terreno hacía inviable la captura. Allí se soltaban los alanos que tenían la suficiente mordida y destreza para capturar las vacas sin dañarlas. En este marco sobrevivió el Alano Español.

 Los ejemplares con los que se inició la crianza y con los que continuo la selección tenían y habían heredado, las características  de los antiguos perros de presa hispánicos, el carácter noble y valiente, y el arrojo en el agarre de animales salvajes y bravos. Al ser una población recuperada del medio rural en el que la selección va encaminada a la funcionalidad y no a aspectos morfológicos, la población presentaba una cierta heterogeneidad morfológica pero una alta homogeneidad funcional. Además las posibles contaminaciones con otras razas o perros del entorno, hicieron que la selección fuese muy dura en las primeras generaciones de la cría controlada, eliminando todos aquellos caracteres que pudieran recordar a otras razas.

Reconocida por la Real Sociedad Canina en el año 2004, actualmente los Alanos vuelven a verse en las rehalas ya que su presencia salva la vida de muchos perros cuando un jabalí se para y no quiere salir a los puestos y además, su carácter gregario y mucho más manejable que el de otras razas de perros de presa hace que su vuelta a las rehalas sea hoy una realidad. También en las ganaderías, de ganado bravo sobre todo, su presencia vuelve a ser frecuente ya que evitan muchos accidentes y su simple presencia hace que el manejo de los animales sea más sencillo.

Hoy día la raza esta representada por una población estable y creciente, gracias a todos los aficionados que trabajan por ella, aquellos que iniciaron la recuperación y aquellos que continuaron su trabajo cuando éstos lo dejaron, y  de todos aquellos que presentan sus perros en exposiciones y de los que trabajan a diario con ellos en el campo.

¿Cómo son?

La apariencia general es la de un perro de tipo molososide, de perfil recto, longilíneo, armónico y rústico. Es un animal eminentemente funcional, de estructura corredora, dotado de una gran agilidad, velocidad y resistencia, de elásticos movimientos que recuerdan a los de un felino.

En el desarrollo de sus funciones siempre ha trabajado en equipo con otros perros adultos de su mismo sexo y raza, o de otras (villanos, podencos, perros de rastro o mastines), por lo que se trata de un moloso gregario y sociable capaz de hermanarse fácilmente con otros perros con los que convive. Tiene gran capacidad de aprendizaje y excelentes aptitudes como perro de trabajo, combinando su funcionalidad, belleza y firmeza en el trabajo con un innato afecto hacia los seres humanos. Como perro de familia es fácil de educar, muy cariñoso y paciente con los niños. Toda la seriedad de su aspecto externo se traduce internamente en un carácter noble y equilibrado.

Es un perro braquicéfalo, con cabeza de aspecto cuadrado, cráneo ancho y fuerte y depresión naso-frontal muy marcada, hocico corto, ancho y profundo. Las líneas craneofaciales deben ser paralelas. La mordida ideal es en "tijera invertida", en la que los incisivos superiores por su cara externa entran en contacto con los incisivos inferiores por su cara interna, aunque se admite un ligero prognatismo. Los ojos son de tamaño medio, separados entre sí, de aspecto redondeado y el color es avellana, ámbar o amarillo. La expresión seria de mirada penetrante es característica de la raza.

El pecho es profundo y llega hasta la altura del codo, con un costillar arqueado no cilíndrico, es longilíneo y  la longitud del tronco es igual a la alzada a la cruz más un 10% de ésta, y la línea dorsal debe ser recta o ligeramente ascendente, nunca descendente. El vientre debe ser retraído, nunca agalgado.

La cola es de nacimiento medio, gruesa en la base y se afina progresivamente hacia la punta, llegando hasta el corvejón. En reposo su porte es colgante o en forma de gancho muy abierto, y en movimiento es llevada en alto y con un ligero arqueamiento hacia el lomo sin llegar a ser enroscada. El pelo en esta zona puede ser algo más denso que en el resto del cuerpo, sin formar flecos.

El pelo es corto y tupido, algo espeso, y presenta un subpelo corto y fino. Los colores que presenta son el barcino o atigrado en todas sus gamas y el leonado en todas sus gamas desde el arena al rojo, pudiendo presentarse ambos carbonado en todas sus tonalidades. Mención especial merece la capa estrella de la raza que se denomina negro y atigrado o "negro y orito en bardino", que presenta la distribución que en otra razas se denomina  capa "negro y fuego", aunque en el caso especial del Alano Español las marcas fuego son atigradas. Cuando se presenta sin las marcas atigradas, se denomina "orito" o negro y leonado, pero las marcas fuego son mas claras, de color arena claro, y mas extensas. Todas las capas se pueden presentar con o sin mascara negra.

La alzada en machos es de 58-63 centímetros y en las hembras es de 55-60 centímetros.

El peso en los machos es de 30-40 kilos y en las hembras es de 25-35 kilos.

 

El Alano en casa

Aunque el Alano Español es un perro que ha sido seleccionado tradicionalmente para el manejo de ganado bravo y la caza del jabalí, se integra sin ningún problema en la sociedad actual y es un excelente perro de familia. Al ser un moloso tiene un carácter tranquilo en casa y parece que "no hay perro", mientras que en las excursiones por el campo parece no cansarse jamás. Tiene un carácter muy cariñoso con la familia que en ocasiones puede llegar a ser hasta "empalagoso", muy paciente con los niños, desconfiado con los extraños pero  respetuoso con las visitas de las que aceptará las caricias aunque no las buscará. Es un perro muy equilibrado que distingue perfectamente a una visita deseada de una que no lo es. Dada la ocasión defenderá a su familia con total determinación.

Al ser un moloso, su carácter no termina de desarrollarse hasta los dos años y medio aproximadamente, pudiendo observarse pautas de cachorro hasta esa edad. Su educación debe ser firme, pero sin exceso, son tremendamente sensibles al castigo verbal, y dada la total predisposición a agradar a su dueño, ésta no será difícil.

Actualmente la raza goza de una excelente salud, no apareciendo patologías congénitas asociadas a la raza. La aparición de patologías articulares frecuentes en otras razas grandes como la displasia de cadera o la displasia de codo, en el Alano es puramente testimonial.