EL TIPO EN EL ALANO ESPAÑOL , COMENTARIOS AL ESTÁNDAR

 


Desde la Edad Media queda constancia escrita de la existencia de varias tipologías asociadas al término Alano. Gastón Phoebus describió tres tipos, Alanos Nobles, Alanos de Carnicería y Alanos de Caza Mayor. Casi al mismo tiempo, la aparición del Tratado de Montería en el Siglo XV, traducido por el Duque de Almazán y atribuido a Fernando de Iranzo, habla del Alano en estos términos “ algunos no los han por fermosos si no son muy fieros de cabeza y de todos los otros miembros; estos tal es verdad que son mas para tomar vacas que para el monte, porque la mayor parte son pesados”; queda bien claro al leer estas palabras que existían unos Alanos más ligeros que se usaban para el ejercicio de la caza, y otros más pesados que se usaban para agarrar vacas, pero ambos son identificados como Alanos. Lo realmente cierto es que la población existente en esa época no se podía englobar en el actual término de Raza propiamente dicho, sino que más bien era una agrupación étnica funcional, heterogénea morfológicamente pero que realizaba una misma función que no era otra que la de agarre, ya fuera en animales de abasto o en especies cinegéticas. Existía una selección funcional, pero no una selección morfológica. Es por ello que la actual distinción que algunos quieren hacer entre Alano y Perro de Presa, dando a entender que los más pesados son perros de presa y los más ligeros Alanos, no tiene sentido. De hecho en numerosas citas antiguas podemos leer Alanos o perros de presa, utilizando ambos términos como sinónimo y no como términos diferenciadores. En todas las razas de tipo molosoide como es el Alano, y cuya selección ha sido solamente funcional, siempre han coexistido varias tipologías, circunstancia esta no tan frecuente en las de morfotipo más ambiental. Siempre se ha comentado para defender la existencia de varios tipos en el Alano, que en las camadas salían siempre ejemplares más pesados y otros más ligeros, pero realmente esto ocurre en cualquier raza molosoide, esta circunstancia no es exclusiva del Alano.
Cuando en los años 80 se comienza con la recuperación de la Raza se empieza a seleccionar el tipo intermedio de entre la población existente, es decir, un tipo capaz de realizar las labores ganaderas y también capaz de aguantar largas jornadas en el monte para apresar a las reses de caza. Así que se estableció un Patrón Racial por los criadores, agrupados en la Asociación Nacional de Criadores de Alano Español (ANCAE), que tomó como base las descripciones antiguas que se tenían y un estudio biométrico que se realizó en la Raza. Actualmente ese Patrón Racial o Estándar es el reconocido por la Real
Sociedad Canina de España, y el que utilizamos la mayoría de criadores en nuestra selección. En el estándar queda bien reflejado el tipo de perro que debe ser un Alano Español, pudiendo definirse a grandes rasgos como un moloso ligero de presa y corredor, rústico, sublongilineo, con cabeza braquicéfala, estructura ligera pero potente a simple vista, bien angulado de delante y de atrás, kilos suficientes para desarrollar su función (que no es otra que la de rendir a animales mucho más grandes que él) y el hueso suficiente para albergar esos kilos.
A continuación vamos a realizar unos comentarios al estándar con el fin de matizar algunos aspectos que tenemos que considerar al evaluar la tipicidad de un Alano Español:


Cabeza. Al examinar la cabeza lo primero que tenemos que hacer es ver que tiene forma de cubo y que posee las proporciones correctas. El hocico debe ser ancho y cuadrado y representar entre un 37-35% de la longitud de la cabeza, nunca menor de un 35%, aunque hay que tender a buscar cabezas en torno al 37% y huir de los hocicos demasiados cortos.
Los belfos no deben ser demasiado colgantes y vistos de frente deben formar una U invertida. Las líneas craneofaciales deben ser siempre paralelas, aunque se puede admitir una muy ligera convergencia, que no es deseable y que normalmente va asociada a ejemplares hipertípicos o demasiado chatos. Nunca deberán ser claramente divergentes, ya que cambian totalmente la expresión que tiene que tener la raza. La piel de la cabeza no debe presentar arrugas, pero tampoco debe ser tirante hasta el punto de que nos pueda recordar a otras razas. La musculatura, temporales y maseteros, debe estar bien desarrollada pero no exageradamente.
La depresión naso-frontal debe ser muy marcada y la buena separación de los ojos junto a la disposición frontal de los mismos, dan a la raza su característica y seria expresión. Es deseable que el color de los ojos oscile entre las diversas tonalidades de avellana, ámbar y amarillo, pero no deben penalizarse los ojos oscuros, aunque a igualdad de condiciones siempre se deberá premiar al ejemplar que los presente en las tonalidades antes descritas, ya que esa coloración ayuda a diferenciar la expresión de razas similares. Pero debe quedar claro que el Alano no son solo ojos amarillos.
Últimamente se debate si el Alano es un perro braquiocefálico, y rotundamente sí lo es y debe serlo. El estudio biométrico sobre la raza arrojó unos valores en el Índice cefálico alrededor de 61,5, y toda raza cuyo índice supere el valor de 55 es braquiocefálica. Está claro que el Alano no debe ser como un bóxer o un Bulldog, pero sí es un perro de hocico corto, por algo los llamaban “Chatos” antiguamente.
Respecto a la mordida ideal, es la tijera invertida, que no es otra cosa que un prognatismo ajustado en el que los incisivos están en contacto. El grado de prognatismo que debe tolerarse es bien sencillo, mientras haya un buen engarce o cruce de los caninos es tolerable, pero cuando haya desajuste de los mismos el prognatismo debe penalizarse seriamente. Lo importante es el engarce de los caninos. En importante saber que la boca en el Alano “se mueve”, así que un cachorro que tenga la mordida en tijera normalmente acabara en tijera invertida en la edad adulta, y por lo tanto no se debe penalizar a los cachorros con mordida en tijera. Así mismo en ejemplares adultos no debe penalizarse siempre y cuando el ejemplar presente las proporciones correctas en la cabeza.


Cuello. El cuello debe ser de mediana longitud, capaz de soportar el tremendo castigo físico que supone realizar un agarre. Los cuellos muy largos normalmente son más débiles y van asociados a ejemplares longilineos, y los cuellos excesivamente cortos además de restar agilidad van asociados a ejemplares de estructuras brevilíneas.


Cuerpo. Para poder realizar su función, el Alano debe poseer una estructura que le permita poder desplazarse por terrenos difíciles, que le dote de una notable resistencia y cierta velocidad en carrera. Pero también es importante que sea lo suficientemente robusto como para bregar con animales mucho más grandes que él, sin ser pesado o demasiado ligero. El Alano es para lo que es, ni más ni menos. No se puede pretender que el Alano sea muy ligero para que saque las piezas de caza como si fuera un podenco, si las saca como un podenco luego las agarrará como un podenco. Ni tampoco se puede pretender que el Alano sea todo potencia, cargado, sin la suficiente resistencia y velocidad.
Como perro corredor, debe tener un amplio espacio subesternal, y el vientre debe ser retraído, nunca agalgado. Cuando se aprecia un espacio subesternal reducido, puede ser debido a pechos excesivamente profundos o extremidades demasiado cortas. Aunque no esta descrito en el estándar, el estudio biométrico arrojó una proporción de 11/5 para la Alzada a la Cruz / Diámetro dorsoesternal, que debería tenerse en cuenta para valorar este aspecto ya que últimamente se ven demasiados perros con poco espacio subesternal, demasiado “cerca de tierra”, y es un defecto que desde mi punto de vista merma la funcionalidad del ejemplar.
El alano es un perro sublongilineo, donde la longitud del ejemplar debe superar en un 10% la alzada a la cruz. Estos valores se corresponden con los valores de proporcionalidad obtenidos en el estudio biométrico de la raza. No se debe tender a animales construidos en el cuadrado, de estructuras brevilíneas, y que dan como resultado perros menos aptos para la carrera. Actualmente se empiezan a ver con más frecuencia de la deseada y es una característica a valorar y a tener muy en cuenta.
La zona lumbar debe ser de mediana longitud, ancha y de fuerte musculatura, y vista de perfil presenta una ligera convexidad. Esta zona es de suma importancia ya que de ella depende en gran medida el rendimiento en la locomoción del animal, y en el caso especial del Alano es fundamental en el movimiento “de palanca” que realiza el Alano una vez ha realizado el agarre. La zona lumbar demasiado larga le daría cierta debilidad y en el momento del agarre le restaría efectividad, y los lomos demasiado cortos son más típicos de razas brevilineas.
Las extremidades anteriores son largas, fuertes y de recia osamenta. Deben de guardar proporción con el resto del cuerpo, por lo que no se desean huesos muy pesados o demasiado finos. Los aplomos son rectos vistos de perfil, excepto en los metacarpos que deben ser largos y medianamente angulados, nunca verticales. Es una característica de
suma importancia y a la que hay que prestarle especial atención ya que se ven muchos ejemplares con déficit de angulación en los metacarpos o cuartillas.
Las extremidades posteriores son igual que las anteriores largas y fuertes, aunque generalmente presentan un hueso más fino que las anteriores. Es muy importante la angulación tibio-tarsiana que debe ser muy marcada, alrededor de 130º, con corvejones altos típicos de animales corredores y que deben representar el 30% de la alzada a la cruz.
El Alano nunca presenta espolones.
El pelo es corto y tupido, algo espeso, y presenta un subpelo corto y fino. Suele ser más denso y algo más largo en la zona dorsal y en la cola. No se debe tender a animales “pelirasos” ya que en el monte esto les proporcionara menos protección al entrar entre la maleza, y a igualdad de condiciones se deberá premiar a ejemplares con el pelaje correcto y que trasmita rusticidad. En lo referente a las capas, están perfectamente descritas en el estándar aunque debemos hablar de la capa negra y leonada o “negra y orito”, que no esta descrita, pero que desde hace unos años y debido al cruce de animales leonados con animales negros y atigrados, ha empezado a aparecer de forma natural en las camadas, y que no debe de penalizarse siempre que el animal sea típico en conjunto. La capa blanca no es típica en la actualidad, aunque en la antigüedad fuera una capa frecuente, y hoy día no esta entre las capas admitidas en el Alano.
El peso del Alano debe estar en consonancia con la estructura y el tamaño del perro. Desde mi punto de vista el peso ideal en los machos debe estar entre los 35-40 Kg para alzadas entre 60-63 cm, y el peso en las hembras entre 30-35 Kg para alzadas entre 57-60 cm. Se puede permitir una ligera tolerancia hacia arriba, tanto en talla ( no más de 2 cm) como en peso siempre que el animal sea armónico, se mueva con soltura y tenga estructura corredora capaz de “mover los kilos”.
El carácter del Alano es un punto importante en su identidad racial, debe ser equilibrado, noble, seguro de sí mismo y sin mostrar ningún signo de agresividad ni hacia personas ni hacia sus congéneres, a los que debe soportar sin problema. Los perros agresivos deben penalizarse seriamente y descartarse para la cría, pese a que el ejemplar pueda ser excepcional. El carácter del Alano es el verdadero tesoro a conservar. También se deben descartar los animales que se muestren tímidos o temerosos, aunque esto es más difícil de evaluar si es debido a falta de socialización del animal o al carácter intrínseco del animal.
Con todo lo expuesto queda claro el tipo y las características de tipicidad más relevantes que debe presentar el Alano Español. Todo perro que no cumpla las características de identidad racial antes mencionadas se encuentra fuera del estándar, por mucho que algunos
nos lo quieran vender como Alano. Hace unos meses alguien que sabe mucho más de esto y que ha estado en contacto con la recuperación de muchas de nuestras razas autóctonas, al hablar sobre el tema me decía: “mira, a ninguno les gusta la Coca-Cola, a todos les gusta más el Orujo de su pueblo, pero todos te quieren vender el orujo de su pueblo envasado en botellas de Coca-Cola”. Más claro imposible.


José Manuel López-Sidro Ibáñez
Veterinario, Criador con el Afijo Monteleike
Juez Internacional de la RSCE de Alano Español